Ya han pasado unos días desde la manifestación en Corralejo, y esta es mi reflexión sobre la misma y sobre el movimiento que la ha llevado a cabo, al igual que la del 20 de abril. Felicitar a todas las personas que lo dieron todo para organizar y realizar ambas manifestaciones, y todos los actos que se han hecho en los últimos meses dentro de la campaña Canarias palante.
Fuerteventura Tiene un Límite (FTUL), nació al rebufo de la propuesta, hecha desde Tenerife, de hacer manifestaciones en cada isla del Archipiélago, como algo urgente y perentorio, dada la situación de degradación de la vida de la mayoría de las personas y de la vida que nos sustenta en Canarias. Una urgencia que hizo que las decisiones de el qué, el como, el cuando y con quién no se pudieran pensar y debatir con sosiego y amplitud. Una vez realizada la manifestación del 20 de abril, que fue un éxito de asistencia, se continuó en FTUL con la misma dinámica de urgencia y falta de debate, y de proyecto a medio y largo plazo.
Las directivas y propuestas nos han llegado desde Canarias Palante sin poder tener tiempo y espacio para el debate y la participación real en la toma de decisiones, a todos los niveles, esto ha hecho que en Fuerteventura hayamos sido correa de trasmisión de las decisiones tomadas en otro lugar, y por otras personas. Esto ha provocado que se trabajase sin reflexionar lo suficiente, lo que ha conllevado al desapego de personas y la reducción de la participación en el movimiento.
Para la manifestación en Corralejo, mucho menos numerosa que la anterior, se tomaron decisiones, y se actuó, sin el suficiente consenso y debate, imponiendo cuestiones, símbolos, banderas, que en vez de unir y aumentar la participación, restaron y dividieron, haciendo muy difícil que muchas personas nos sintiéramos identificadas con el movimiento.
Para mi, la guinda que coronó el pastel, fue cuando las compañeras que leyeron el manifiesto, al final de la manifestación, se subieran al escenario con una bandera independentista canaria, ondeándola ostensiblemente. ¿ Quién decidió eso ?
Respeto a todas las personas que se declaran independentistas, acá y donde sea, pero me parece un error enorme que la bandera de FTUL sea esa, pues es excluyente y minoritaria en la sociedad en la que vivimos.
Si pretendemos que FTUL sea inclusiva, que cada vez aumente la participación de más personas en su movimiento, no se debería utilizar ninguna bandera, ni en la comunicación, cartelería, ni en los actos. Y en todo caso, si se quiere ondear alguna bandera, que sea a título colectivo ( A nivel personal cada una puede llevar a los actos las banderas que quiera) podría ser una bandera solo de color amarillo canario, que es el color con el que se identifica el movimiento.
En cuanto al fondo de la cuestión, el fundamento del por qué, y del qué, del trabajo que se tiene que hacer en FTUL, mi opinión es que no se debería centrar en la cuestión del modelo actual del turismo, que siendo un problema muy grave, no es el origen de la situación que nos toca vivir, y que viviremos en los próximos años. El turismo de masas es un síntoma de gravísimo problema en el que estamos inmersas, el capitalismo que nos asesina.
Y es el capitalismo lo que deberíamos denunciar y combatir, poniendo como ejemplos de su ser, la degradación suicida de la vida, la explotación de la naturaleza y de las personas, el aumento de la desigualdad y la injusticia, etc. Todo ello reflejado en el turismo, la falta de acceso a una vivienda digna por parte de cada vez más personas, la degradación rampante de la sanidad pública, de la educación pública, de los cuidados de las personas y de la naturaleza, del aumento de la represión por parte del Estado, y todo lo que se quiera añadir.
Nos hemos equivocado en tres cuestiones, para resumir:
Falta de un proyecto a medio y largo plazo sostenible y participativo.
Falta de participación real en la toma de decisiones por parte de las personas participantes en FTUL, falta de democracia real.
Y falta de tener unas bases claras, tanto a nivel ideológico como organizativo, que nos permitan desarrollar la tarea de conseguir aumentar y ampliar la participación de cada vez más personas en FTUL. A nivel archipielágico, opino que el error ha sido tanto estratégico como táctico.
Primero, imprimirle al movimiento una urgencia que no ha permitido la reflexión sosegada y consciente de todas las personas participantes en el Archipiélago. Segundo, centrarse casi exclusivamente en la cuestión del turismo de masas. Y tercero, pretender solucionarlo todo a través de la negociación con el Gobierno de Canarias.
Esto último es un error total, y desmovilizador. Ningún gobierno va a cambiar su modelo político por que miles de personas salgan a la calle de vez en cuando. Ningún gobierno se va a tirar piedras a su tejado, ni van a traicionar a quien les ha puesto en sus puestos, los grandes empresarios.
Estamos inmersas en una crisis estructural, un cambio de paradigma violento.
Dependerá de las personas organizadas, que ese cambio sea en mayor o menor medida, más o menos traumático para la mayoría de las personas que habitamos el Archipiélago, el Planeta.
Solo la generosidad, la solidaridad, el compartir, y el no tener miedo a lo que vendrá, nos hará fuertes y resilientes.
Salud. Pau Valverde i Ferreiro