Hace 25 años abrió sus puertas en Caleta de Fuste (Antigua) el restaurante O´Fado. Su propietario, Meco Rodrígues, llegó a la isla para visitar a su hermano y, finalmente, enamorado de la Maxorata decidió establecerse y dedicarse al mundo de la restauración, siguiendo la tradición familiar.
Cambió las botas de militar del ejército portugués del Aire para dedicarse a los fogones y establecer un puente entre Fuerteventura y Portugal, la tierra que lo vio nacer y que inspira su cocina.
El bacalao es el plato estrella sobre el que se fundamenta una gran variedad de platos que han degustado personajes tan ilustres y variados como los artistas Navajita Plateá, Arturo Vals o la actriz María Valverde que ha visitado el restaurante, al igual que otros muchos actores, con motivo de la grabación de alguna producción en una Isla plató de cine natural.
También han repetido su experiencia gastronómica futbolistas como Goikoetxea o Futre, y otros rostros conocidos como el juez Marchena o el escritor Saramago con quien Meco Rodrígues manifiesta sentir una especial empatía, además de una amistad que se inició entre fogones. Saramago decía haber sido adoptado por Canarias y así se siente el propio Meco, agradecido a las gentes majoreras y canarias.
A lo largo de los años, no ha podido apenas variar su carta ya que la mayoría de los comensales repite experiencia culinaria y acude al restaurante con la idea muy clara sobre el plato que quiere degustar.
De esta manera, se ha convertido en todo un referente para la comunidad residente en la Isla que ha permitido al restaurante continuar su actividad a pesar de la gran caída de visitantes internacionales que ha registrado Caleta de Fuste debido al impacto de la Covid.
Además de la calidad del producto y el arte de la elaboración de los platos, tanto Rodrigues como su mujer, Helena Persson, ofrecen al cliente una atención cálida y profesional que ayuda a sentirse “como en casa”.
Es uno de los secretos del éxito de este empresario que tras 25 años todavía sigue abriendo las puertas de O´Fado con la misma ilusión que el primer día.
