Entre Mares continúa visibilizando el drama de la migración y denunciando la obscena insensibilidad y deshumana actitud de una sociedad que mira a otro lado
Las campanas marcan las doce del mediodía en la plaza de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en la capital. Un día más, son pocas las personas que acuden a la llamada de la asociación sociocultural majorera Entre Mares para denunciar la “deshumanizada” política migratoria que deriva en la muerte de miles de personas en el océano.
Muchas quedan en el fondo, otras salen a flote sin posibilidad alguna de ser identificados; son cuerpos borrados por el agua sin opción de reconocimiento. Personas que se convierten en nadie y que no tienen a nadie que les llore porque nadie sabe que ya no están.
Un drama que se repite en la costa majorera y que Entre Mares visibiliza cada vez que ocurre expresando “el más profundo dolor y solidaridad con su familia”.
Tristeza y enérgica repulsa muestra la entidad “por este fallecimiento del que nada se sabe, como de otros cientos de una a otra orilla”. Son, recalca María Greco en el comunicado leído este martes, “náufragos de la crueldad y la deshumanizada política migratoria”.
Greco denuncia el “silencio cómplice de la clase política” cuyos únicos intereses y preocupaciones son evidenciar que cada año llegan menos migrantes, “para refrendar el éxito de sus políticas de control y reforzamiento de fronteras”, con acuerdos que vulneran los derechos de los pueblos y el derecho de todo ser humano a la libre circulación, subrayó Greco.
También criticó el Servicio de Salvamento Marítimo “cada vez más precarizado y/o politizado” y la deshumanizada atención recibida por quienes alcanzan la otra orilla.
Además, recordó a los fallecidos en la valla de Melilla después de cumplirse este pasado sábado un año desde el trágico suceso.