En las últimas semanas se ha incrementado el ritmo de llegada de pateras a Fuerteventura. Sólo en el último mes, han arribado 1.185 migrantes en tres pateras; es decir, una quinta parte de las 5.654 personas que han llegado en los últimos tres años cuando se inició lo que se conoce como la segunda oleada de la ruta migratoria canaria.
Un momento en el que no existía en la Isla ni un solo recurso de gestión de migración, recordó el director insular de la Administración General del Estado, Domingo Fuentes, en una entrevista este martes en Radio Insular, donde explicó los avances que se han hecho desde la administración y las ong´s para habilitar distintos recursos que, sin embargo, resultaron insuficientes este pasado fin de semana.
Varios migrantes se vieron abocados a dormir “al raso durante unas horas” porque, explicó, llegaron varias pateras a la vez y no había espacio en los dos Centros de Atención Temporal a Extranjeros (CATE) ubicados en la conocida como Nave Schengen en el mismo muelle capitalino y en una nave sita en El Matorral.
Lugares donde se procede a la filiación de los migrantes, que están detenidos durante un plazo máximo de 72 horas, y donde el Servicio Canario de Salud establece el control Covid, como marca el protocolo.
Próximamente, y en previsión de que la nave Schengen vuelva a destinarse al control de mercancías procedentes de barcos extracomunitarios, se vuelve a habilitar, pero como CATE, la nave del Queso. Ya hay un acuerdo firmado entre el Cabildo de Fuerteventura y el Ministerio del Interior para que cumpla esta función en un período de cinco meses, prorrogables, apuntó.
También se ejecutarán las obras del Centro de El Matorral que, en principio, se acondicionará como Centro de Acogida Humanitaria aunque también tendrá un espacio destinado al Centro de Internamiento de Extranjeros para aquellos inmigrantes susceptibles de ser devueltos a sus países de origen cuando vuelvan a reabrirse las fronteras y el espacio, en régimen abierto, que gestiona actualmente Cruz Roja.
Además, existe un centro de gestión compartida, conducido por la ong CEPAIM, habilitado en un establecimiento hotelero en Caleta de Fuste. “Un centro cerrado, donde los migrantes cumplen cuarentena. Una vez que obtienen el alta, son derivados a otros puntos del archipiélago o de la península”.
En régimen abierto, circulando con plena libertad, apenas quedan en la isla unos 200 migrantes, insistió Fuentes.
Están repartidos en dos espacios gestionados por Cruz Roja que se han habilitado en el centro de El Matorral y unos apartamentos en El Charco, destinados a mujeres y a bebés.
De momento, son los recursos que existen debido, en parte, también a la escasa cooperación de los ayuntamientos majoreros que no han brindado, como se les pidió, suelo para poner en marcha distintas infraestructuras para la gestión migratoria.
Únicamente el Ayuntamiento capitalino y el Cabildo de Fuerteventura han cooperado para ofrecer soluciones dirigidas a mejorar la gestión migratoria en Fuerteventura, concluyó.