Acaban de comenzar las obras para habilitar la celda cuatro en el vertedero del complejo ambiental de Zurita. Fuerteventura es, detrás de Lanzarote, la isla que más basura a vertedero genera con 660 kilogramos por habitante cada año. Una tendencia que se debe revertir no solo por cuestiones de medio ambiente y sostenibilidad, sino también, porque la gestión de los residuos repercutirá de forma directa entre los vecinos y vecinas.
Desde la Consejería se está haciendo seguimiento de los lugares donde ya se ha implantado el impuesto al vertido y donde se están viviendo “auténticos dramas, se está convirtiendo en un gran problema”, advirtió. En el caso de Sabadell, explicó el consejero, “han pasado de pagar poco más de 100 euros a pagar 400 o 500”.
Y es que la ley obliga a que las corporaciones dejen de subvencionar la gestión de los residuos con el fin de incrementar el porcentaje de reciclaje. En España se sitúa en torno al 18% mientras que en otros países como Alemania o Suecia, supera el 50%.
Es en esta línea en la que quiere trabajar el Cabildo de Fuerteventura aunque el consejero admitió que “hemos desaprovechado 3 años desde que se aprobó la ley”. Se tendría que haber mejorado la concienciación social y, también, haber habilitado contenedores inteligentes que permitan, a través de código QR u otros sistemas, identificar a las personas que reciclan para que abonen menos tasas. Cuanto mayor sea la cantidad de basura reciclada, menos se tendrá que pagar por la gestión de los residuos. Es la idea, recalcó Pérez.
Los ayuntamientos de Fuerteventura van con mucho retraso y ni siquiera han implementado el quinto contenedor, el contenedor de residuos orgánicos. Debería haber estado funcionando desde enero de 2023, salvo en el caso de Betancuria, por tener menos de 5.000 habitantes, con un plazo más largo pero que también culminó, a principios de 2024.
De momento, el Cabildo prevé instalar contenedores inteligentes en los puntos limpios y continuará con las campañas de sensibilización que están teniendo, dijo, buenos resultados.
En esta línea destacó que desde junio de 2023 hasta finales de ese ejercicio incrementó el reciclaje en la Isla en torno a un 11%. La senda de crecimiento se ha constatado en el primer semestre de este año con incrementos que rondan el 23%.
La mejora del reciclaje pasa no solo por la labor de separación de residuos en origen, en el hogar, sino también por la optimización de las instalaciones en el complejo ambiental de Zurita.
Los ayuntamientos de Fuerteventura van con mucho retraso y ni siquiera han implementado el quinto contenedor, el contenedor de residuos orgánicos. Debería haber estado funcionando desde enero de 2023, salvo en el caso de Betancuria, por tener menos de 5.000 habitantes, con un plazo más largo pero que también culminó, a principios de 2024.
En breve comenzarán las obras en la Planta Todo Uno. Un proyecto que data de 2008, que se adjudicó por primera vez en 2014 y que, por distintas cuestiones, todavía está sin culminar. Los trabajos incluyen la planta de compostaje, con un plazo de ejecución de entre 8 y 10 meses; y, principalmente, la planta de clasificación.
Hay que señalar que Fuerteventura es la única Isla que no cuenta con un proceso de clasificación previa al vertido. De esta manera, únicamente se recicla la basura que viene separada desde el hogar. El resto, la basura ordinaria, se vierte directamente a vertedero. Algo que encarece notablemente la gestión y que daña al territorio. Por cada tonelada depositada en vertedero se abonan 40 euros mientras que la gestión de una tonelada de residuos reciclados, supone 2 euros.
El Pleno del Cabildo aprobará previsiblemente en la próxima sesión plenaria el Plan director de Residuos que se remitirá a Tragsa. Tiene un plazo previsto de 6 años e incluye, la habilitación de un complejo ambiental, sin vertedero, en el sur de la Isla; concretamente en la zona de Tisajorey. La corporación cuenta ya con el informe ambiental favorable.
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