La asociación patrimonial El Efequén manifiesta su "profundo rechazo" a la nueva red de transporte eléctrico que se está ejecutando desde hace varios meses en Fuerteventura, por el impacto que está produciendo “en el paisaje insular y sus bienes patrimoniales".
Las obras que se están acometiendo son resultado de la aprobación, por parte del Gobierno de Canarias en el año 2021, de la declaración de utilidad pública de la Línea a 132 Kv entre la subestación de Puerto del Rosario y la subestación de Gran Tarajal.
Una declaración que, según denuncia El Efequén, ha permitido saltarse legalmente numerosos procedimientos administrativos que pudieran salvaguardar los derechos de las personas y pueblos afectados por la desproporcionada e innecesaria infraestructura.
De esta manera, se permitió materializar una nueva línea de alta tensión, que supone la instalación de 102 enormes torretas (de entre 30 y 50 metros de altura), a pesar de la clara oposición pública, administrativa y judicial.
Desde la asociación se recuerda que durante años, diversos colectivos y vecinos y vecinas de las comarcas afectadas mostraron su disconformidad exigiendo la paralización del proyecto a través de la recogida de miles de firmas y, también, de la presentación de más de una centena de alegaciones en los periodos de información pública.
El propio Cabildo Insular, en el año 2017, presentó un contencioso administrativo consiguiendo la paralización cautelar de la instalación que quedó definitivamente desbloqueada tras la declaración —por parte de los mismos actores políticos— de utilidad pública.
Las obras han dado inicio y están provocando un gran impacto no solo visual por las torres eléctricas, advierte la entidad, “sino por la apertura sin ningún tipo de permiso ni de criterio protector de decenas de kilómetros de pistas de tierra en lugares de gran valor paisajístico y patrimonial”. Estas pistas de tierra, recalcan en un comunicado, están afectando “de manera irreversible” al paisaje majorero, “a los entornos arqueológicos y a muchos bienes patrimoniales —muros de piedra, gavias y otros— testigos de épocas pasadas y resultado del trabajo ímprobo de un pueblo que debería ser respetado y cuidado”.
Por todo ello, El Efequén hace una llamada expresa de atención a las instituciones locales e insulares a fin de que impidan con carácter “urgente “la realización de obras no permitidas y que ejecuten sus competencias sobre el territorio afectado en materia de vigilancia y cumplimiento de lo legalmente establecido.