A pesar de las medidas Covid, que han obligado a habilitar un recinto alejado del corazón de la localidad para asegurar el cumplimiento de todas las medidas que marca el protocolo sanitario en fase de alerta sanitaria 3, lo cierto es que el Tran Tran ha logrado brillar también en esta atípica edición.
Se han completado las cinco mil entradas disponibles en las cinco sesiones que se desarrollaron desde el viernes, cubriendo así el aforo completo permitido en esta ocasión.
Los artistas, ávidos de reencontrarse con el público, han lucido sus mejores sonrisas entre números de circo, humor, teatro, danza e innovadoras apuestas que han combinado la música con otras disciplinas. Desde la magnífica Ido Loca, al entrañable Toto y su circoneta, pasando por el gran Circo Ruso, que ha hecho contener el aliento a los asistentes en más de una ocasión, o la provocativa Virginia Urdiales con sus mensajes positivos y sorprendente puesta en escena han protagonizado un atractivo y variado programa.
La risa ha inundado el recinto y también el calor de la gran familia del Tran Tran que en la tarde de este sábado recordaba a Verónica Ávila Brito. Fallecida hace unos meses, la joven estuvo presente en el sentido homenaje que le rindieron sus compañeros y en el que también participaron sus padres. Sobre el escenario, recibieron el aplauso del público y una placa en la que se podía leer: “Tu sonrisa estará siempre con nosotros. Firmado: la familia Tran Tran”.
Aprovechando el momento, y haciendo “una encerrona”, los voluntarios y colaboradores del Festival no quisieron dejar escapar la oportunidad de mostrar su agradecimiento a Roberto Cabrera Pérez, el padre del Tran Tran y artífice también de Hospitrán; los payasos del hospital que han comenzado recientemente un programa de visitas a los pacientes en su hogar. “Sonrisas a domicilio ha comenzado”, constataba desde la organización Vicky Moratinos, para facilitar que estas personas también disfruten de la vida.
Es el lema que proclama Cabrera y que da vida al espíritu del Tran Tran.