El Cotillo, Puerto Lajas, La central térmica de El Charco, Las Playitas o Morro Jable son algunas de zonas inundables por el impacto del cambio climático en Fuerteventura, según las proyecciones realizadas por el Consejo Insular de Aguas.
Así lo desveló este martes Ezequiel Navío, presidente de la Asociación para el Desarrollo de Acciones Climáticas Integrales (ADACIS), en una entrevista en Radio Insular, donde explicó que Fuerteventura es uno de los territorios donde son visibles los efectos ya que es uno de los más afectados por el avance del desierto. “No hay vegetación, llueve poco y de forma torrencial, generando escorrentías y aumentando procesos de erosión. Es un territorio muy vulnerable”, recalcó.
El propio Consejo de Aguas, prosiguió, “establece que Fuerteventura tiene 27 zonas en peligro de desaparecer por el incremento del nivel del mar, 5 en barlovento, y 22 en sotavento”.
Recordó, además, que los datos del Instituto de Oceanografía y Cambio global establecen que en los últimos cien años, “el incremento del nivel del mar se acerca a unos 19 centímetros desde principios del siglo XX, lo que genera un proceso de inundación que va a generar abundantes zonas de las costas de aquí a fin de siglo queden inundadas”.
Es vital impulsar políticas de adaptación y mitigación
Es el mapa que se dibuja en el horizonte de este siglo y que evidencia la necesidad “imprescindible” de trabajar en políticas de adaptación al cambio climático y, también, en mitigación “para reducir la emisión de gases de efecto invernadero que se producen desde la Isla”.
Por este motivo, la asociación colabora con las consejerías de Sostenibilidad Ambiental y Gestión Ambiental que dirigen Lola García y Pedro Martínez, respectivamente, en la elaboración de un diagnóstico que permita diseñar planes de adaptación ante el cambio climático y su impacto en Fuerteventura.
Será necesario analizar qué infraestructuras portuarias o de otro tipo se verán afectadas al igual que las posibles amenazas que puedan existir para la seguridad de las personas o el impacto en la economía local.
Un cambio climático que afecta a todo el mundo y que precisa, concluyó, de una respuesta global en la que será determinante la acción individual.