El Rancho de Ánimas de Tiscamanita ha recibido hoy un reconocimiento por su trayectoria, organizado por la Asociación de Vecinos El Tabaibe, con la participación del Cabildo de Fuerteventura que ha descubierto la escultura del artista Amancio González que rinde homenaje a esta agrupación.
El acto contó también con una actuación del Rancho de Ánimas en el centro urbano del pueblo, donde se encuentra la escultura, seguido de una procesión hacia la iglesia. Asimismo, los artistas locales Tomas Perera y Julia Rodríguez realizaron presentaciones musicales como parte de este tributo.
La presidenta del Cabildo, Lola García, agradeció al pueblo de Tiscamanita y la Asociación Tabaibe, “un pueblo que recibe hoy una escultura que rinde homenaje al gran trabajo por la cultura que realiza el Rancho de ánimas”.
Para la alcaldesa de Tuineje, Candelaria Umpiérrez, “es todo un orgullo poder conservar una de nuestras tradiciones más antiguas, y que las mujeres y hombres del pueblo de Tiscamanita se hayan preocupado por rescatarlas”. Asimismo, el viceconsejero de Cultura, Horacio Umpiérrez, se unió a esta felicitación a los vecinos y vecinas, “con una escultura que representa un merecido homenaje a un rancho de ánimas que cuenta con una trayectoria de más de doscientos años”.
En el acto estuvieron presentes, además, el consejero insular de Cultura, Rayco León, y la concejala del área del Ayuntamiento de Tuineje, Dulce García, quienes pusieron en valor también este reconocimiento a una de las tradiciones más antiguas, con ocho ranchos de ánimas en Canarias, dos de ellos en Fuerteventura. En representación del autor de la obra, participó el artista Antonio Patallo.
La presidenta de Tabaibe, Laura Martínez, resaltó que “este acto se celebra los días previos a la Inmaculada Concepción, por lo que es un momento muy acertado para hacer este homenaje”, mientras que los miembros del Rancho de Ánimas de Tiscamanita decidieron dedicar la escultura a los antepasados fundadores de la agrupación, todas las personas que han pasado por la misma y a los que continúan en ella.
El Rancho de Ánimas, una antigua tradición de devoción por las almas fallecidas, arraigó en algunas localidades de las Islas Canarias. Su propósito principal era recaudar fondos mediante cánticos callejeros para ofrecer misas en memoria de los difuntos. En Fuerteventura, varios ranchos de ánimas surgieron en diferentes puntos de la isla, siendo el de Tiscamanita uno de los más antiguos con más de dos siglos de existencia ininterrumpida. La historia del Rancho de Ánimas de Tiscamanita está marcada por una evolución significativa desde sus primeros días en la parroquia de Tuineje hasta su arraigo en la Ermita de Tiscamanita.