La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de salud Pública, se suma a la celebración del Día Mundial del Sida, que como cada año se conmemora el 1 de diciembre. Con el lema ‘Solidaridad mundial, responsabilidad compartida’, este año el mensaje se centra en la necesidad de sensibilizar y evitar el estigma de la enfermedad así como dar a conocer los avances contra la pandemia del VIH.
Los datos epidemiológicos en Canarias indican que el número de nuevas infecciones por VIH anuales oscila entre las 250 y 300. En 2018 fueron diagnosticadas y notificadas 272 nuevas infecciones por VIH con una tasa de 12,78 por 100.000 habitantes.
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias pondrá en marcha el diagnóstico del VIH desde los propios servicios de Urgencias hospitalarios. Se trata de una estrategia de la Sociedad Canaria de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES-Canarias), GESIDA y la Sociedad Canaria de Enfermedades Infecciosas, que busca el incremento de los diagnósticos precoces de la infección por VIH, mediante un sistema de automatización de alertas diagnósticas.
El documento de ambas sociedades científicas, propuesto a la Dirección General de Programas Asistenciales del SCS, promueve el cribado del VIH en los servicios de Urgencias lo que permite incrementar el acceso al diagnóstico desde otros niveles asistenciales.
Esta iniciativa permitirá acceder al diagnóstico a personas que por su perfil no son usuarios frecuentes de los servicios sanitarios, tales como las personas jóvenes, inmigrantes o población de edad avanzada sin sospecha de VIH que desconocen, no pueden o no desean realizar el cribado en su centro de Atención Primaria. El estudio de las sociedades científicas prevé que los servicios de Urgencias de Canarias podrían diagnosticarse de forma precoz entre 40 y 180 nuevos casos al año.
Reducción de la desigualdad
En 2020 nuestra atención está centrada en la pandemia de la COVID-19, que ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se relaciona directamente con otros problemas como la reducción de la desigualdad, los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico.
La COVID-19 nos ha demostrado que en tiempos de pandemia nadie está a salvo hasta que todos estamos a salvo. Dejar a alguien atrás no es una opción cuando lo que queremos es alcanzar el éxito.
Para acabar con las pandemias del VIH y de la COVID-19, coincidentes en el tiempo, es clave eliminar el estigma y la discriminación, poner a las personas en el centro de la pandemia, basar nuestras respuestas en los derechos humanos y adoptar enfoques con perspectiva de género.
Las personas con infección por VIH continúan expuestas a situaciones de discriminación. Debemos seguir recordando que besar, comprender, amar, disfrutar, tocar, y convivir NO transmiten el VIH.