Los inspectores de Salud Pública anuncian que detendrán los controles sanitarios a partir del 31 de mayo en una huelga que se extenderá hasta el 31 de septiembre.
Este colectivo especializado formado por Farmacéuticos y Veterinarios que desarrolla labores fundamentales en la prevención de la enfermedad y la protección de la salud denuncia que lleva "más de una década reclamando mejoras en el servicio de inspección sanitaria, solicitando los medios personales y materiales para poder cumplir los mínimos requisitos que nos impone la normativa europea, ya que la Unión Europea ha ido evolucionando e incrementando las exigencias y en Canarias seguimos siendo los mismos y con lo mismo”.
Tras varias movilizaciones y en el contexto de pandemia, los Inspectores de Salud Pública dejaron a un lado las carencias y las reivindicaciones para contribuir a paliar los efectos de la misma. Sin embargo, ha llegado un punto en el que los profesionales denuncian que "no hacemos lo que debemos, sino lo que podemos, porque lo que podemos hacer no es suficiente y porque no podemos tolerarlo más".
Evidencian que padecen "una alarmante carencia de medios personales y materiales". Se dispone de una media de 1 inspector por cada 25.000 habitantes. La media en el resto del territorio español se sitúa en 1 inspector por cada 12.000 habitantes, "siendo por lo tanto Canarias la Comunidad Autónoma más precaria del país".
La carga de trabajo es en muchas zonas "inasumible", a lo que cabe añadir las características territoriales singulares, con las dificultades y particularidades de cada isla, en especial las de las islas menores, "no pudiendo cumplirse ni siquiera las actuaciones programadas, a lo que deben sumarse las actuaciones urgentes como alertas, denuncias, toxiinfecciones, etc. que se llevan a cabo en detrimento de las anteriores"
No se cubren en muchas ocasiones bajas ni se ocupan puestos vacantes, habiendo quedado municipios completos sin inspector durante largos periodos. "No se valoran las necesidades reales de los servicios, contando hoy con el mismo número de inspectores que en el año 2007".
En cuanto a los medios materiales, en la gran mayoría de las islas apenas se dispone de espacio en las oficinas para trabajar ni de la dotación mínima necesaria. El equipo de inspección consiste en un termómetro y un medidor de cloro, cumplimentándose aún hoy en día las actas de inspección a mano. La inspección electrónica prevista desde hace años continúa sin implantarse, denuncian.
También destacan que nunca ha habido medios de transporte adecuados, habiéndose desarrollado los servicios de inspección en base a la necesidad del uso de los vehículos particulares de los inspectores. Recientemente se han dotado de algunos vehículos en algunas islas, "a todas luces insuficientes para cubrir las necesidades reales de los servicios de inspección".
La única respuesta obtenida al reclamar una solución al problema del desplazamiento hacia las zonas de inspección asignadas ha sido el uso de la guagua.
Los Inspectores también hacen hincapié en que no cuentan, tampoco, con una regulación específica. " Somos el único colectivo sanitario del Servicio Canario de Salud que no tiene regulado la nocturnidad, las guardias localizadas, la turnicidad, el trabajo en festivos, etc., y donde los sistemas de guardias, 24 horas durante los 7 días de la semana, necesarios para dar cumplimiento a la normativa europea no están establecidos legalmente"
Los Inspectores reclaman el establecimiento de un reglamento de organización y funcionamiento del cuerpo de Inspectores de Salud Pública que regularice la singularidad del cuerpo. Una solución al problema del desplazamiento para efectuar las funciones y el reconocimiento a su labor como personal sanitario esencial y una dotación de medios personales y materiales adecuada a las necesidades reales, entre otras cuestiones.