Este miércoles ha comparecido ante los medios de comunicación Natalia Karpukhina, la mujer ucraniana residente en Fuerteventura que ha estado en el punto de mira de los medios de comunicación durante toda una semana, desde que El País publicara la “desaparición” de un grupo de niños ucranianos en un supuesto viaje de Polonia a Huelva, y, desde ahí, en barco a Fuerteventura.
Fue la Dirección de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias la que alertó de la desaparición de los menores el pasado 25 de marzo al Ministerio del Interior que ayer martes desmentía la información después de una semana intensa de búsqueda del "grupo fantasma".
Así lo subrayaron Karpukhina y José Ramón González, su abogado, quien apuntó directamente a la directora general, Iratxe Serrano, de ser la autora del relato difundido y de presionar a la propia Natalia días antes de la publicación. Según aseveraron, Serrano habría llamado varias veces a la ucraniana “para presionarla e ,incluso, sabemos que ha presionado a ciertas administraciones para que tampoco presten ayuda…que no traigan a nadie sin su consentimiento”.
Yo no sé, prosiguió, “si a lo mejor lo que le molesta es que el Ayuntamiento de Oliva haya hecho más que el propio Gobierno de Canarias por ayudar y ella a lo mejor no ha podido atribuirse nada, pero no lo sabemos”, recalcó.
Posibles acciones legales contra Serrano y El País
En esta situación, ahora valoran emprender acciones legales. “Tenemos muchísimos indicios para poder llevar a cabo alguna que otra acción legal y habrá que ver si esto es a partir de una denuncia falsa”. Tampoco descartan acusar a El País al que reclaman su derecho a la rectificación, “no entiendo cómo sacan una noticia con cero veracidad y sin ninguna prueba, sin ninguna nada que consolidar aquel artículo”, recalcó González.
Durante la comparecencia que tuvo lugar en Corralejo, donde reside, Natalia dejó bien claro que los 35 niños ucranianos y adultos llegados a La Oliva entre el 11 y el 13 de marzo, acogidos en el Albergue de El Cohombrillo llegaron en avión y disponen “de todos los papeles en regla”. Este miércoles por la mañana, llegaba, precisamente, el último documento solicitado que ya ha sido remitido a la Dirección General de la Protección de la Infancia.
Nace la asociación Leleka (cigüeña en ucraniano)
Lejos de amilanarse por la “persecución” sufrida estos días tras la publicación de la información, Natalia asegura que seguirá en la línea de ayudar a su país, trabajando con niños como lo ha estado haciendo desde hace siete años en Fuerteventura, gracias a una escuela de surf que promueve campamentos con niños ucranianos, bielorrusos y rusos. Una experiencia que ahora, insistió, quiere poner al servicio de quienes huyen de las bombas.
Solo hay que ver la cara de los niños que llevan más de un mes en la Isla, que están escolarizados “y que ya no preguntan por las bombas”.
Natalia y su equipo han constituido la asociación Leleka, cigüeña en ucraniano. Una entidad dirigida a llevar a cabo la labor y gestionar las ayudas que les van llegando.
Confían en que el Cabildo de Fuerteventura pueda poner a su disposición alguno de los albergues de la Isla donde acoger a tres grupos de ucranianos más que se encuentran todavía en Ucrania a la espera de que el Ministerio autorice su llegada. Suman 38 personas, la mayoría niños y niñas.