Cerca de 1.570 personas reciben en Fuerteventura, cada mes, los productos del Banco de Alimentos de Las Palmas. Son alimentos no perecederos que llegan a la Isla gracias, en un 60%, a donaciones que realizan particulares y empresas de Gran Canaria y el resto proviene de programas procedentes de los fondos europeos gestionados por el gobierno central a través de Cruz Roja y el Banco de Alimentos,como explicó este lunes, en una entrevista en Radio Insular, el coordinador del Banco en la Isla, Pepe Sansó.
La empresa Boluda, de forma solidaria, realiza una vez al mes el transporte para surtir a cinco entidades majoreras adscritas al programa. Son los ayuntamientos de Pájara y Betancuria, así como las entidades Refugio Majorero, Misión Cristiana Moderna y Mahucu..
Desarrollan la labor gracias a que cuentan con un almacén de aprovisionamiento adecuado y, además, tienen la asistencia de una trabajadora social que filtra quiénes pueden ser beneficiarios de la ayuda.
Son los requisitos imprescindibles para convertirse en organizaciones de reparto y que no todas las asociaciones interesadas pueden cumplir, a pesar de las muchas familias que necesitan de la solidaridad en estos momentos.
Por eso, y teniendo en cuenta que las corporaciones majoreras apenas están contribuyendo al funcionamiento del Banco de Alimentos y que son más de 500 las familias atendidas en Fuerteventura, Sansó hace un llamamiento a las autoridades para que den cobertura al programa; bien por medio de una línea de ayuda económica o promoviendo la contratación de un/una trabajadora social que pueda facilitar la adhesión de nuevas entidades al Banco, extendiendo por la Isla la red de alimentos.
La entidad también está abierta a otras colaboraciones como la que presta estos días el Ayuntamiento de Pájara, con la puesta a disposición del Banco de los congeladores del Hotel Escuela para recibir un envío de productos congelados de Las Palmas.
Además, recibe el apoyo del alumnado de varios centros escolares majoreros que colaboran con la entidad cuando hace un llamamiento puntual para lograr alimento si hay escasez de productos específicos.