El VII Potaje Científico de Canarias ha planteado en la mañana de hoy, sábado, día 19 de noviembre, una serie de alternativas al modelo actual, como anticipación a la situación de desabastecimiento alimentario. La catedrática botánica de la Universidad de Murcia y mayor experta del mundo en turmicultura, María Asunción Morte, dio a conocer las cualidades de la trufa del desierto, más conocida en Fuerteventura como criada.
La trufa del desierto es un hongo que se produce en simbiosis con una planta denominada Turmero. Pionera en turmicultura en todo el mundo, Asunción Morte explicó que su cultivo se realiza de forma ecológica, sin pesticidas ni fertilizantes, sin necesidad, además, de muchos recursos hídricos. Entre sus muchas cualidades, destaca también su valor para evitar la erosión y como sumidero de gases de C02. Por todos estos motivos, este hongo constituye una alternativa económica interesante para regiones semiáridas, ya que alcanza precios de entre 50 y 70 euros.
Para Morte es importante promover la investigación, indicando que “gracias a veinte años de estudio desde la Universidad de Murcia, hemos llegado a desarrollar la tecnología para su cultivo”. En todo este tiempo, se han descubierto, además, hasta 13 variedades. En 2012 en Canarias se conoció la existencia de una especie autóctona de las islas, denominadas Terfezia Canariensis.
Las actividades del VII Potaje Científico se desarrollaron con éxito en el salón de actos de la Asociación Cultural Raíz del Pueblo de La Oliva, bajo la organización de la Agencia Canaria de Investigación e Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) del Gobierno de Canarias y la Consejería de Sostenibilidad Medioambien-tal del Cabildo de Fuerteventura. Todo ello, en el marco de las Semanas de la Ciencia y la Innovación en Canarias de 2022. Colaboran, además, Asociación Raíz del Pueblo y otras entidades majoreras.
El profesor de biología y geología del IES Gran Tarajal, Juan Miguel Torres, hizo un recorrido por la evolución histórica de la gavia como sistema de cultivo que hizo la vida posible en las islas desde el siglo XVII. Estos sistemas han permitido la producción de alimentos en condiciones de secano en un medio árido como Fuerteventura, produciendo cereales y legumbres durante siglos, pero dependiendo en exclusividad del agua de lluvia.
Por ello, en el siglo XX estos sistemas evolucionaron a las gavias 2.0 con el aprovechamiento del agua extraída de los pozos, un avance que redujo la dependencia de las irregulares precipitaciones. El problema en este caso recaía en una dañina sobreexplotación de los acuíferos. “Por todas estas razones, la mirada hacia el futuro pasa por utilizar agua desalada producida con energías renovables para el cultivo, lo que conocemos como gavias 3.0. Aquí no dependeríamos de la lluvia y se evitaría la sobreexplotación de acuíferos, además de no producirse la salinización del suelo al tratarse de agua de buena calidad. Este es el modelo de cultivo en gavias que debería desarrollarse durante el siglo XXI”.
A este respecto, el gerente del Consejo Insular de Aguas, Domingo Montañez, habló sobre la gestión del agua de modo sostenible. “Llueve poco, pero no podemos permitirnos el lujo de perder el agua de esas pocas precipitaciones. Para ello, a la hora de gestionar este recurso debemos tener en cuenta siempre el binomio-agua energía, además de potenciar la cultura del agua”.
El cara a cara entre agricultores se vivió entre Antonio González Carrión, de 95 años, y el agricultor ecológico joven Jacobo Negrín. Este último alertó sobre los efectos del cambio climático y la necesidad de reducir los costes. Por su parte, el historiador Pedro Carreño hizo un repaso a la historia de la destiladera como sistema de filtración de agua que se remonta a tiempo de los aborígenes.
Participó, además, la arqueóloga María de la Cruz Jiménez, quien subrayó la importancia de la identidad y el sentimiento de cada pueblo de sentirse como grupo unido para salir de las crisis.
Asimismo, la divulgadora científica Raquel Marín analizó los alimentos majoreros que sirven para enriquecer y tener un cerebro sano.