La Lajita ofreció una de las bienvenidas más cálidas a los Reyes, haciendo de este evento una experiencia inolvidable para todos los asistentes. Este año, la cabalgata registró una asistencia histórica, con un notable incremento de turistas de diversas nacionalidades que participaron activamente en la celebración. Este entusiasmo colectivo reafirma el valor de esta iniciativa como un referente cultural que fomenta la convivencia y el aprecio por las tradiciones locales.
Cabe destacar que, en esta ocasión, los camellos de Oasis Wildlife participaron únicamente en las cabalgatas de Pájara, Puerto del Rosario y Antigua, ofreciendo su característico sello de calidad y autenticidad en estas celebraciones. Este hecho subraya el carácter distintivo de estas cabalgatas, consolidándolas como referentes culturales y experiencias únicas para los asistentes.
Un evento hecho por y para el pueblo
El desfile comenzó con José, María y los pastorcillos, quienes recorrieron las calles en busca de Belén, pidiendo a los presentes que les indicaran el camino hacia el portal y solicitando un lugar donde poder refugiarse. Tras ellos, hizo su aparición la Estrella de Oriente, acompañada por un emisario real que anunciaba la llegada de los Reyes Magos, quienes se dirigían a Belén para adorar al niño Jesús.
A continuación, llegó una gran comitiva portando antorchas, formada por vecinos del pueblo ataviados con vestimenta campesina, que avanzaban al ritmo de villancicos interpretados por músicos locales. Durante el recorrido, los integrantes del desfile repartieron dulces entre los asistentes, invitándolos a cantar y participar en la celebración.
El público, provisto de panderetas y tambores, no solo aguardaba con entusiasmo la llegada de los Reyes, sino que también se unió a la comitiva tras su aparición, formando un gran cortejo que avanzaba hacia Belén. Este momento, cargado de simbolismo, representó la esperanza y la unión del pueblo en torno a una tradición compartida. La cabalgata se transformó en una celebración participativa y conmovedora, convirtiéndose en un verdadero evento comunitario.
La presidenta de la Fundación Chekipa, Guacimara Cabrera, destacó el papel fundamental de la comunidad en la organización del evento, subrayando: “Lo más hermoso de esta cabalgata es ver cómo el pueblo entero se une, cómo cada vecino, grande o pequeño, aporta su granito de arena para hacer realidad una noche mágica. Es un reflejo del esfuerzo compartido, de nuestras raíces y del deseo de mantener viva esta tradición año tras año”.
Cabrera también resaltó la importancia de preservar el patrimonio natural al señalar que “el camello canario es una raza única, una joya que forma parte de nuestra cultura desde hace más de un siglo. Queremos que eventos como este no solo celebren nuestras tradiciones, sino que también ayuden a sensibilizar y promover su conservación”.
Por su parte, la concejala de cultura del Ayuntamiento de Pájara, Raquel Acosta, mostró su satisfacción por el crecimiento de la cabalgata y afirmó: “La Cabalgata de La Lajita no solo mantiene vivas nuestras tradiciones, sino que refuerza los lazos entre vecinos y ofrece a quienes nos visitan una muestra auténtica de nuestra cultura. Es un orgullo ver cómo eventos de esta calidad se consolidan como referentes en los municipios que los acogen, gracias al esfuerzo compartido de toda la comunidad”.
Una noche mágica que une a la comunidad
La llegada de Sus Majestades los Reyes de Oriente a la plaza del pueblo marcó uno de los momentos más emotivos de la noche. Allí, un belén viviente, cuidadosamente preparado por los vecinos, escenificó la entrega simbólica de oro, incienso y mirra al niño Jesús, en una representación que conmovió a todos los presentes.
Al finalizar el acto, los Reyes Magos dirigieron unas palabras de agradecimiento a los vecinos de La Lajita, destacando la cálida acogida y el entusiasmo con el que se vivió la celebración. Posteriormente, los más jóvenes subieron al escenario para entregar sus cartas y dibujos a Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes los recibieron con cercanía y palabras de aliento.
La velada concluyó con una chocolatada casera, preparada por los vecinos, un gesto que reflejó la hospitalidad y el espíritu solidario de la comunidad. Este detalle final puso el broche de oro a una noche llena de emoción, dejando un entrañable recuerdo en todos los asistentes