Fofana, una joven de 19 años, y su hermano pequeño, de seis años, llegaron hace cinco meses en patera a Fuerteventura. Proceden de Costa de Marfil y esperan poder reunirse con su madre, residente en Francia.
La Iglesia Misión Cristiana Moderna los acogió en sus instalaciones y, posteriormente, fuero derivados a los recursos que Cruz Roja dispone en Puerto del Rosario.
Hace cuatro días, por sorpresa, la joven y su hermano, que esperaban ser derivados a la península fueron trasladados a Tenerife, a la antigua cárcel que ahora sirve de lugar de acogida para mujeres migrantes y niños.
Al parecer, y según indican desde la Red de Apoyo a las personas Migrantes de Fuerteventura, la madre ha tratado de viajar a las Islas para reunirse con sus hijos pero no se lo han permitido.
El hecho de no contar con pruebas de paternidad que lo certifiquen impide que el caso sea tratado como una situación de reunificación familiar.
Por otro lado, el niño al ser menor de edad no puede circular libremente.
Desde la Red de Apoyo a las personas Migrantes, Fayna Brenes Quevedo pide que se haga un estudio genético o psicológico para certificar que la madre es ciertamente la progenitora del niño y de la adolescente.
La situación es “desesperante”, indicó Brenes Quevedo, “Cruz Roja ni siquiera le ha dicho por qué la han derivado a Tenerife”.
Esta misma mañana, les han comunicado que permanecerán allí durante los próximos seis meses y ellos piden continuar su marcha o volver a Fuerteventura.
La Red de Apoyo majorera colabora con las redes de apoyo que existen en las Islas Canarias para ayudar a solventar este tipo de situaciones que provocan gran sufrimiento entre la población migrante.
Gaza, Sahara, opacidad en el CIE y fin de la Nave del Queso
Además de dar a conocer la historia vital de Fofana y su hermano para evidenciar el drama de la migración, la Red de Fuerteventura ha condenado el asedio a la población palestina por parte de Israel “ que lleva ya más de una semana bombardeando sin tregua la franja de Gaza, incluidos ataques a la prensa internacional”.
Son, precisamente, los conflictos bélicos los principales causantes de crisis humanitarias y de los flujos migratorios de personas que huyen del horror, como es el caso de muchas de las personas que llegan a Canarias, advierten en un comunicado.
También han manifestado su “estupor” frente a las declaraciones de algunas instituciones de la isla rechazando la acogida de migrantes en hoteles y proponiendo que se les aísle de la población local.
“Los políticos majoreros obvian la crisis humanitaria que vivimos y establecen un discurso que refuerza el racismo en nuestra sociedad. La inmigración no es responsable de la falta de turismo, ni de las dificultades económicas por las que está pasando la población local”.
No hay justificación posible, prosiguen, para oponerse a una acogida que respete los derechos humanos, “lo contrario nos parece vergonzoso e irresponsable”.
En tercer lugar celebran que se haya concluido el desalojo de la Nave del Queso, cuyas instalaciones insalubres y no aptas para acoger personas provocaron “que el riesgo de suicidio y la desesperación entre las personas allí retenidas fuera latente”.
En cuarto lugar denuncian que la monarquía española y la monarquía marroquí están utilizando a los migrantes como moneda de cambio para conseguir sus fines políticos.
Por un lado, el Estado marroquí facilitó el paso de migrantes para que España se deshiciera del líder del Frente Polisario hospitalizado en la Rioja, mientras que el Estado español se dedicó a reprimir a los migrantes con fuerza militar y llevar a cabo devoluciones en caliente, incluso de menores.
El gobierno español “tiene que acoger dignamente a los migrantes, incluso si su entrada es facilitada por Marruecos, y por eso tiene que cambiar su política migratoria de devolver migrantes o de bloquearles en Canarias”.
Los pueblos no son responsables de las decisiones geopolíticas de sus líderes, subrayan.
Finalmente, la Red de Apoyo de Fuerteventura critica la opacidad de la gestión del campamento del Matorral, “ pues ni la prensa ni la ciudadanía organizada tenemos conocimiento alguno de cuáles son los motivos en cada caso de las conocidas tres faltas de comportamiento”.
Por ello, piden compasión y entendimiento ante las situaciones tan duras que están viviendo estas personas que han llegado al límite de poner su vida en peligro por la búsqueda de esperanza en un futuro mejor.