En mayo se cumplirán dos años desde el cierre de la piscina de La Oliva
El próximo mes de mayo se cumplirán dos años desde que se cerraran las puertas de la piscina de La Oliva para, por un lado, reducir el consumo energético y promover la transición hacia energías renovables con la instalación de placas fotovoltaicas. Por otro, se perseguía reducir el volumen de agua en el vaso grande y habilitar el vaso más pequeño como piscina terapéutica, atendiendo a la demanda de la ciudadanía. Así lo explicó la edil Gleiber Carreño en La Voz de Fuerteventura.
Tras más de un año en el que responsabilidad de los trabajos recayó en sus dos antecesores, bajo el mandato de Pilar González, recalcó, Carreño asumía las riendas de la infraestructura que, “aparentemente”, puntualizó, se encontraba en buenas condiciones.
Cuando entramos, aseguró, “las dos piscinas estaban con la obra finalizada, supuestamente. Estaban vacías y había que proceder al llenado y la autorización de salud Pública tras analizar el agua”. El gobierno local intentó aprovechar ese tiempo para, de forma paralela, mejorar las instalaciones del gimnasio municipal. “Estaban muy mal ,en muy mal estado y quisimos arreglar todo; a la vez que se llenaban las piscinas, se hacía el tratamiento de agua”, aseguró.
El objetivo era abrir las instalaciones renovadas y a punto en el mes de septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar, por lo que desde la Concejalía se impulsó la dinamización de la piscina.
Manchas ...y más manchas
Sin embargo, la aparición de una mancha en el fondo de la piscina pequeña impidió su apertura entonces. Posteriormente, también se detectó una fuga de agua. La situación mejoraría a finales de año pero a principios de este 2024, otra mancha similar, se hizo presente en la piscina grande.
Una mancha que cada vez va a ir a más según los expertos consultados, explicó la concejala, y que se debe a la mala ejecución de la obra.
En este contexto, y a pesar de que la calidad del agua es saludable, según los últimos análisis de Salud Pública, la concejala Gleiber Carreño ha decidido mantener la piscina cerrada y denunciar a la empresa adjudicataria de la renovación para que proceda a volver a revestir los vasos de las piscinas.
El procedimiento ahora “es dar audiencia a la empresa, que está en proceso de alegación, y estamos pendientes de que responda si se hace responsable”, expresó.
La concejala ha hecho especial hincapié en que ha sido una decisión muy difícil pero tiene claro que cuando se abra la piscina, “estará en perfectas condiciones”.
Antes de su cierre, cerca de un millar de personas hacía uso mensualmente de las instalaciones, incluidos los clubes deportivos.
La alternativa ahora es la piscina de Corralejo pero no está climatizada. Requerirá de una importante inversión que supera el medio millón de euros y el Ayuntamiento busca financiación externa para acometerla, desveló Carreño.
La edil reconoció el hartazgo y malestar que provoca esta situación a la población que constantemente le pregunta por la piscina municipal. Un malestar que también comparte, aseguró, y que confía en resolver cuanto antes.