Con miles de firmas ya recogidas, a través de las redes sociales, miembros destacados del Comité han presentado una propuesta que minimiza el daño de la obra al tiempo que recalcan que “estamos a favor de la autovía y de que continúe el procedimiento de la licitación, solo queremos que se modifique el trazado”, subrayan.
En una entrevista este martes en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular, Pedro Pérez, agricultor afectado, destacó la gravedad de la situación. “La autovía, tal y como está planteada, se llevará por delante nuestras palmeras, viviendas y pozos, y afectará gravemente nuestras fincas. Es indignante que nos enteremos por una carta sin previo aviso, cuando deberían habernos consultado desde el principio. Nosotros proponemos un trazado que no arrase con lo que nos ha costado generaciones construir".
Leocadio Araya, presidente de la asociación de pequeños agricultores, también subrayó que el trazado actual podría destruir los últimos suelos agrícolas del sur de Fuerteventura, un recurso ya escaso en la isla. “Estas tierras han sido trabajadas por mi familia durante décadas. Ahora quieren pasar por encima de nuestras fincas y cultivos como si no tuvieran valor. Pedimos que se respete nuestro trabajo y se opte por una alternativa viable que ya hemos presentado” explicó. Además, criticó la falta de consideración de los responsables: “Los políticos deberían venir aquí, recorrer el terreno y ver con sus propios ojos lo que quieren destruir”, recalcó.
Además de arrasar con cultivos y algunas viviendas, el trazado actual supondría el fin de una de las principales empresas de ocio turístico de Fuerteventura. Su fundadora, Cirila Cabrera, explicó que “este trazado arrasaría un 65% de Oasis Wildlife, dejando sin sustento directo a 400 familias y afectando a miles más de forma indirecta”, lamentó.
“Defendemos el progreso, pero no a costa de nuestra tierra y nuestra historia”, poniendo de relieve la labor que Oasis Wildlife lleva a cabo en defensa y protección del territorio desde hace muchos años.
Para Valentino Cassani, propietario de la empresa AgroViva, el trazado actual supondría también la desaparición de su empresa y de su vivienda. “A nosotros nos afectaría al 100%, porque realmente el trazado prácticamente pasaría encima tanto de la parte alta y de la parte baja de la finca y desaparecerían prácticamente casi 60.000 metros cuadrados de cultivo al día de hoy, que está produciendo prácticamente 365 días al año. Y a nuestra casa, que se encuentra en la finca”, explicó.
Una propuesta “viable”, respetuosa y con túnel
La alternativa propuesta por los vecinos incluye un trazado que pasa por el Valle de Guerepe, evitando zonas de alto impacto ambiental y económico.
Este recorrido, según Raúl Cabrera, experto técnico del proyecto, incluiría la construcción de un túnel que minimice la afectación en la superficie. “En Canarias ya se han construido túneles similares, que son soluciones viables y eficientes. Hablamos de apenas un kilómetro adicional de carretera, pero con un impacto mínimo y respetando las directrices de conservación del suelo agrícola,” detalló Cabrera.
El experto hizo especial hincapié en que el actual trazado no respeta los últimos suelos agrícolas del sur de Fuerteventura, según el mapa de cultivos del Ejecutivo, y destacó que las directrices de Ordenación del Territorio, a nivel regional, mandatan, entre otros puntos, la conservación del suelo agrícola.
A lo largo de la entrevista, los vecinos han reiterado que no están en contra de la autovía ni de su licitación, pero exigen que el proyecto avance con las modificaciones necesarias para proteger sus hogares y su futuro.
De momento, aunque han logrado el apoyo verbal a su causa del presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y de los consejeros Narvay Quintero y Jéssica de León, además del Cabildo de Fuerteventura y de AMF, echan de menos más apoyo de los partidos y de las corporaciones majoreras.
Por eso, siguen recogiendo firmas y advierten de que no cesarán su lucha hasta que su propuesta sea aceptada y tengan la garantía de que la autovía no supondrá la devastación de cultivos, viviendas y empresas.