Muere Noel, el perro de caza abandonado en un pozo para morir

Noel en la Clínica Veterinaria Fuerteventura

Una pareja de turistas daba la voz de alarma tras encontrar un perro de caza en el interior de un pozo, de unos seis metros de profundidad, el pasado 26 de diciembre en la localidad de Lajares. Una vecina del municipio se acercó rápidamente al lugar y dio aviso a los bomberos de La Oliva que no tardaron en desplazarse hasta allí. En el interior del agujero se encontraba el perro, famélico, junto a los esqueletos de otros dos perros y un cráneo de animal.

Tras sacarlo con la ayuda de una escalera que tuvieron que ir a buscar, los efectivos municipales comprobaron que el can se encontraba en muy mal estado, según explicó en una entrevista en Fuerteventura FM la vecina de Lajares, que pidió preservar su identidad.

Al ser fin de semana y no encontrarse operativo el veterinario de la corporación norteña, la vecina contactó con la organización benéfica Fuerteventura Dog Rescue que no dudó en hacerse cargo de los costes que supondría atender al animal rescatado en la Clínica Veterinaria Fuerteventura. 

Fue alli, precisamente, donde pusieron el nombre Noel al maltrecho animal y constataron que estaba desnutrido y que había recibido varios perdigonazos,

A pesar de todos los esfuerzos del personal por tratar de salvar su vida y de contar con un hogar de adopción, Noel murió finalmente tres días después. “Se fue rodeado de amor y del cariño que no tuvo en vida” ,subrayó la vecina, gracias a la atención que le prodigaron tanto los veterinarios como numerosas personas que estuvieron pendientes de su evolución en las redes sociales.

Más tumbas abiertas en Lajares

Por desgracia, no se trata del único caso en Lajares donde también se localizó hace tiempo un pozo similar “donde se encontraron unos 50 esqueletos de perros”.

Todo apunta a que este tipo de prácticas, más frecuentes de lo que cabría esperar, se llevan a cabo por algunos cazadores desalmados que no dudan en desprenderse de sus animales, una vez que consideran ya no sirven para su cometido, pegándoles varios perdigonazos y dejándolos morir en pozos de gran profundidad que se convierten en tumbas abiertas para los animales y que pueden constituir también un verdadero peligro para quien transite por esos lares.