Domingo Martínez Berriel: “Los quads están haciendo un atentado medioambiental en entornos como el Barranco de los Encantados”
Domingo Martínez Berriel, ecologista veterano y fundador de Montaña Tindaya, ha lanzado duras críticas sobre la falta de regulación y control hacia el impacto que ejercen empresas dirigidas a turísticas y particulares que han convertido los espacios naturales protegidos en un “territorio sin ley”, en una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular.
Lugares como el Barranco de los Encantados o las Dunas de Corralejo, insistió, han sido invadidos por quads, bicicletas todoterreno y motos, a pesar de estar protegidos. “Cada vez que llueve, los surcos creados por estos vehículos canalizan el agua, arrastrando la tierra agrícola hacia los barrancos y, finalmente, al mar”, explicó, alertando sobre el proceso de erosión que sufre la isla.
El ecologista aseveró haber sufrido el daño causado por el paso de estos vehículos. “No hay derecho a que tu barbeches una gavia o arregles un caño y vengan una serie de señores con motos a asaltarte. Encima van encapuchados, forrados, no tienen matrícula, no les puedes hacer nada y es imposible cogerlos”, subrayó.
En este sentido también apuntó a la permisividad institucional. “Las carreras deportivas financiadas por los ayuntamientos y el Cabildo tienen una afección directa sobre el territorio y el medio ambiente”, denunció.
En este contexto instó a impulsar una ordenanza insular clara que regule estas actividades, “que determine qué actividades y dónde se pueden hacer”.
unque en el pasado se intentaron implementar regulaciones municipales, como en el caso del Ayuntamiento de La Oliva, estas quedaron “en el tintero”. “No hay herramientas claras para que los agentes de medio ambiente o la policía municipal puedan sancionar estas infracciones”, lamentó.
Martínez Berriel instó al Cabildo de Fuerteventura a implementar una ordenanza insular que delimite claramente las zonas donde se pueden realizar estas actividades y establezca sanciones severas. “Debe haber una regulación que obligue a estos vehículos a llevar matrículas visibles y permita su confiscación en caso de infracción”, afirmó.
Además, pidió que las pruebas deportivas sean reguladas y limitadas a caminos ya establecidos para minimizar el daño ambiental.
Impacto en el territorio sin olvidar a la flora y a la fauna
El impacto sobre la biodiversidad también fue un tema central en sus críticas. Martínez Berriel destacó el efecto devastador de estas prácticas en especies protegidas como la hubara canaria, cuyos rituales de cortejo se ven interrumpidos, y en endemismos botánicos que son destruidos por los vehículos todoterreno. “Están haciendo un atentado medioambiental. En lugares protegidos como el Barranco de los Encantados no debería haber ni perros sueltos”, subrayó.