El SAAIM invita a "mirar de otra manera" a las mujeres viajeras
Hacer frente a todo el ruido informativo que se produce “cuando opinan quienes no saben y quienes jamás han estado en el contexto migratorio” es uno de los objetivos principales marcados por el Servicio de Atención, Asesoramiento e Información para la población Migrante de Fuerteventura, SAAIM, que impulsa para conmemorar este viernes el Día Internacional del Migrante un completo programa de actos.
Dio inicio este jueves con la jornada formativa `Las mujeres viajeras, una experiencia de acompañamiento a la construcción de historia´ que presentaron las investigadoras Inmaculada Antolínez y Esperanza Jorge, integrantes de la Red de Acogida Digna de Cádiz.
Mujeres que “están en las trincheras y que cuentan directamente la realidad migratoria”, destacaron Faissal Ellatifi y María Greco, presidente y técnica del Saaim, respectivamente, en el acto de presentación de la iniciativa, apoyada por el Cabildo de Fuerteventura y el Ayuntamiento capitalino que, a través de su edil de Servicios Sociales, Yanira Domínguez, destacó la necesidad de visibilizar la realidad que viven las mujeres migrantes.
Una vasta e intensa experiencia en primera línea de la frontera sur de Europa y también en los lugares que atraviesa el flujo migratorio ha permitido a Inmaculada y a Esperanza no solo cuestionar los protocolos existentes en España en materia de migración o proponer diferentes metodologías acordes y respetuosas a las experiencias vividas por las mujeres sino también darles voz, una voz digna, a través del documental `Irioweniasi: El Hilo de la Luna´.
El Hilo de la luna para crear un diálogo
La protagonista es una joven nigeriana que encarna la realidad de las mujeres migrantes convertidas en víctimas de trata que después de un duro viaje, marcado por los golpes, las violaciones en grupo y el silencio, han conseguido llegar a Europa y ahora quieren “que lo que ellas han vivido no lo vivan otras”.
A través, de palabras y dibujos cuentan sus historias, sus vidas, sus experiencias, con el objetivo de ayudar a desterrar la idea de una Europa de “leche y miel” con la que sueñan quienes apenas pueden sobrevivir en el lugar en el que les tocó nacer.
Su mensaje llega a las mujeres del lugar de origen que, a su vez, les mandan fuerza y ánimo para recordar que “su sitio les está esperando”. Nace un diálogo entre mujeres que se seguirán comunicando mientras el documental continúe recorriendo diversos lugares del mundo.
¿Cuánto de nuestra economía sostiene la trata?
A lo largo de la formación, Inmaculada y Esperanza cuestionaron la función de las políticas de fronteras y pusieron el acento “en el ocultamiento que hay detrás”. Reflexionaron sobre la puesta en marcha de controles establecidos en terceros países "porque el control de la migración puede hacerse allí sin respeto a los derechos humanos”. Asimismo, denunciaron el bloqueo fronterizo que impide conseguir visados de forma legal y que “ocasiona que se utilicen los cauces irregulares”.
En este contexto, quisieron dejar muy clara la diferencia entre el tráfico de personas y la trata que suele estar dirigida, en buena medida, a la explotación laboral de las personas captadas -que viven luego en condiciones de semiesclavitud- o a la explotación sexual. Realidades visibles en el viejo continente donde cabe preguntarse: ¿cuánto de nuestra economía sostiene la trata, qué parte de nuestro modelo socio económico?.
Un modelo criminocéntrico que revictimiza
Las investigadoras también apuntaron la necesidad de mejorar los protocolos de atención, de buscar formas alternativas pero efectivas de comunicación y cuestionaron que el sistema establecido en España, de carácter “criminocéntrico”, obliga a las mujeres víctimas de trata a tener que ofrecer un relato de vida, una y otra vez a pesar de que sea muy complicado para ellas hablar, para acceder al sistema de protección “sin tener en cuenta los condicionamientos del discurso y llevando a la revictimización en el proceso”.
En esta línea, también evidenciaron la necesidad de que la temática migratoria se aborde de una forma integral por personas especializadas, empáticas y conocedoras de la realidad de las viajeras migrantes a la hora de determinar la existencia de indicios de trata.
De manera experiencial, utilizando distintos recursos teatrales y de movimiento del cuerpo, las investigadoras lograron tejer en apenas tres horas de formación una red de empatía entre la decena de personas asistentes, en su mayoría profesionales del ámbito migratorio, que también compartieron su propia experiencia en Fuerteventura poniendo de relieve la necesidad impulsar cambios en el sistema.
Inmaculada y Esperanza mostraron que es posible comunicarse y mirar desde una perspectiva humana a las mujeres viajeras.