Los estudios ambientales para implantar energía renovable por el 6bis “no han sido los adecuados”

Vecinos denuncian el polvo constante en Llanos Pelados tras la construcción de la planta fotovoltaica

En una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura analizamos con Florencio Gutiérrez y Cristian Cabrera la causa de la muerte reciente de ocho aves protegidas impactadas contra infraestructuras energéticas y cómo es vivir en Llanos Pelados, en Tuineje, rodeado de placas fotovoltaicas y torres de alta tensión.

Ocho aves protegidas perdieron la vida tras impactar o electrocutarse con el cableado de torres de alta tensión o molinos eólicos el pasado mes de febrero. Así lo constata el informe hecho público por el Cabildo de Fuerteventura, elaborado por los agentes de medio ambiente encargados de analizar la implantación de proyectos de energía y su impacto en el territorio y en la avifauna.

Florencio Gutiérrez, jefe de comarca de agentes de medio ambiente del Cabildo insular daba cuenta de la labor que realizan los funcionarios para constatar que “no puede ser  que te implanten donde ellos, desde un despacho fuera de la latitud donde estamos nosotros, decidan lo que tenemos que instalar en nuestro territorio”.

Es preciso el consenso, insistió, para que la implantación de energía renovable en Fuerteventura traiga consigo el menor impacto negativo posible.  

De momento, recalcó, la instalación de parques solares y eólicos de forma desordenada en el territorio, través del artículos 6bis, ha traído consecuencias claras y es que la evaluación del impacto ambiental ha dejado al descubierto que “los estudios que se han realizado no han sido los adecuados”, criticó.

Ave muerta tras colisionar con el tendido eléctrico

En esta línea también se expresó Cristian Cabrera, vecino de Llanos de La Higuera, en el municipio de Tuineje. Adquirió su vivienda hace tres años para residir en un paraíso que en apenas año y medio ha quedado rodeado por un gran parque fotovoltaico a un lado, y grandes torres de alta tensión, por otro.

Los vecinos, cerca de 40 familias en la zona, presentaron numerosas denuncias para lograr paralizar el proyecto del parque de placas. La situación, confesó, “era insoportable” durante la fase de obra “con ruido y polvo constante”.

Tras la intervención, que finalizó en el mes de noviembre, el suelo ya no es lo que era. “Esta gente ha hecho movimientos de tierra, lo que ha hecho es quitar lo que era la primera capa cementera que había en la tierra, por lo tanto ahora lo único que hay es polvo, a la mínima que hay viento, se levantan remolinos de tierra”, lamentó.

Por si fuera poco, las torres de alta tensión generan “un zumbido constante” que perturba la tranquilidad de los vecinos y les impide incluso escuchar la televisión si mantienen las ventanas abiertas.

Impacto del tendido 

 

Necesidad real vs subvenciones

 

El vecino de Tuineje cree que la planta fotovoltaica ni siquiera está operativa a día de hoy y cuestiona la verdadera necesidad energética de Fuerteventura bajo la que se justifica la implantación acelerada de estos proyectos mientras señala las jugosas subvenciones procedentes de Europa.

En esta línea se pronunció también Gutiérrez criticando que “no pueden, de la noche a la mañana, implantarse este tipo de estructuras, de proyectos o macroproyectos” y denunciando que, en numerosas ocasiones “lo que hacen es fraccionar, incluso lo que es el proyecto único, en varios trozos, para de alguna manera minimizar lo que son las declaraciones de impacto”.

También cuestionaron las exigencias de protección medioambiental que se imponen desde las administraciones públicas, con respecto a la presión de la avifauna, el paisaje y el territorio y que no son coherentes, aseguraron, con “esos macroproyectos, que se aprueban desde los despachos, y que de alguna manera u otra nos están afectando a nosotros como personas que vivimos en esta isla, así como a las propias especies que han habitado toda la vida aquí”.

Mientras Cristian Peña se resigna a convivir con placas y  torres "de la mejor manera posible" instando a la empresas a tomar medidas para minimizar el impacto en los vecinos y el entorno, Gutiérrez concluye que "no puede haber equilibrio en el desarrollo sin consenso".