Miguel Trillo: "El público de la Movida Madrileña era un público que estaba estrenando la libertad"
Alaska y los Pegamoides, Ana Curra, Antonio Vega o Santiago Auserón son algunos de los rostros de la Movida Madrileña que retrató el fotógrafo Miguel Trillo y que forman parte de la muestra con la que participó en el II Festival AcontraCultura que celebra Puerto del Rosario, promovido por la Concejalía de Cultura que dirige Juan Manuel Verdugo.
A través de una prolífica muestra de imágenes, tanto en blanco y negro como en color, Trillo fue haciendo un repaso de lo que supuso en los años 80 la Movida Madrileña; un movimiento cultural que marcó la historia de España y que convirtió a la ciudad de Madrid en el epicentro de la creatividad y la libertad expresiva.
En sus retratos, los grupos del momento y también numerosos asistentes a los conciertos que posaban contundentes exhibiendo los distintivos de cada tribu, desde los mods a los modernos, los rockers o los punkies, y llenando de colorido y mucho descaro los locales de moda.
Para Trillo, “el público de la Movida era un público que estaba estrenando la libertad” y sus múltiples formas de expresar este hecho constituyeron un fenómeno único que no se dio, por ejemplo, en la vecina Portugal tras la Revolución de los Claveles.
El fotógrafo destacó por su trabajo documentando la escena musical de la movida madrileña.
Sus fotografías capturan la energía y la vitalidad de aquel momento, y han sido ampliamente reconocidas como un testimonio valioso de la época.
Ha escrito varios libros y sus fanzines, antes herramientas de comunicación underground en un momento en el que estaba vigente la Ley de Peligrosidad Social, se exponen en el Centro de Arte del Reina Sofía, “algo impensable en aquel momento”, reconocía.
La Movida trascendió las fronteras del país, en buena medida por la publicidad que han supuesto las películas de Almodóvar, según explicó, y, hoy en día, se están realizando, incluso, tesis doctorales sobre esta explosión cultural y social.
Miguel Trillo vivió en primera persona y documentó el fenómeno de una Movida de la que “ni la izquierda ni la derecha llegaron a fiarse nunca”, concluyó.