Aunque la lava ha alcanzado el mar, la erupción no está estabilizada y se sigue monitorizando
Los núcleos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa se mantienen confinados hasta que se tenga estudios definitivos de los efectos de los gases. La lava, que desciende por el acantilado junto a la playa de Los Guirres, ha creado un delta que se extiende hacia el sur
El Comité Director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (PEVOLCA), presidido por su director y consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, acordó este miércoles mantener todos los dispositivos de protección civil y seguridad a pesar de que en la noche de ayer la lava haya llegado al mar, ya que los científicos no ven evidencias de que la dinámica del proceso eruptivo sea estable, por lo que se sigue monitorizando y tomando medidas vinculadas a este proceso.
Por este motivo, el director técnico del PEVOLCA, Rubén Fernández —que relevará durante 48 horas a Miguel Ángel Morcuende—, anunció que se van a mantener las zonas de exclusión marítima y terrestre, la evacuación de los vecinos decretada la semana pasada y el confinamiento de los núcleos de población de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa para garantizar su completa seguridad. “Estamos realizando estudios y un seguimiento de forma constante y hasta que no sepamos que estas zonas están fuera de riesgo, se mantendrán estas medidas”.
Rubén Fernández manifestó que se volverá a permitir el regreso de algunos vecinos para recoger enseres y alimentar a los animales, pero siempre bajo control estricto de la Guardia Civil y fuera del perímetro de exclusión de 2,5 kilómetros. Asimismo, a partir de mañana se autorizará el acceso de los regantes a sus fincas en El Remo, Puerto Naos y Las Hoyas para tareas de regadío por medio de un convoy de seguridad de la Guardia Civil y de la UME siempre que, tras sus mediciones, puedan asegurar que la calidad del aire permite realizar esta actividad.
La superficie afectada por la erupción es de unas 476 hectáreas, aproximadamente, y según los datos del satélite Copernicus, hay 744 construcciones dañadas: 656 en su totalidad y 88 de forma parcial, entre viviendas, bodegas y cuartos de aperos, entre otros.
En cuanto a la calidad del aire, hasta este momento no han superado los valores permitidos que exige la legislación actual. Los valores que emiten las diferentes estaciones están disponibles en la web del Gobierno de Canarias y cualquier variación que suponga riesgo a la población será comunicada por parte de la dirección del Plan. No obstante, debido a las cenizas, es recomendable el uso de mascarillas FFP2 en todo el entorno del Valle de Aridane.
Sobre los evacuados, apuntó que 185 personas continúan realojadas en el Hotel Teneguía Princess de Fuencaliente y que actualmente no hay personas albergadas en el acuartelamiento El Fuerte, aunque está operativo. Fernández también subrayó la importancia de no relajar las medidas sanitarias respecto a la COVID-19, es decir, mantener la distancia de seguridad y reforzar el uso de mascarillas.
Por último, precisó que los servicios de emergencia están colaborando en el rescate de animales que han quedado aislados, pero siempre respetando el perímetro de seguridad.
La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, explicó que la nube de gases originada tras llegar la lava al mar se circunscribe al área de contacto, no se ha extendido lateralmente, y no ha afectado a ninguna población.
Además, en cuanto a la sismicidad registrada en la zona de Fuencaliente, señaló que es evidente que está relacionado con la emisión en curso, pero que el sistema volcánico tiene una válvula de escape abierta y no tiene la necesidad de buscar un camino nuevo hacia la superficie de la tierra. En este sentido, explicó que no podemos olvidar que, en el caso de la erupción del volcán submarino de El Hierro, la sismicidad empezó en la zona de El Golfo en el mes de julio y avanzó cruzando la isla de norte a sur, terminando en una erupción en el Mar de Las Calmas. “Una vez la erupción había empezado, se retomó la sismicidad en la zona de El Golfo, con magnitudes incluso mayores que las pre-eruptivas, Por lo tanto, este es un comportamiento que ya se ha producido y no es rechazable que pueda ocurrir en esta erupción de Cumbre Vieja