Entre Mares atiende a más de 5.000 personas en una década como único servicio de atención a la migración en Fuerteventura
En su primera década de andadura, la asociación socio cultural Entre Mares atendió en Fuerteventura a más de 5.000 personas a las que prestó distintos servicios de asesoramiento e información dirigidos a la población migrante y también a población retornada. Una labor reconocida a nivel internacional, desarrollada por una entidad que aspira a poder ofrecer otras líneas de actuación para fomentar la integración si la administración cubriera este vacío. Aun así, el balance es positivo, aseguran sus representantes, que no esconden la difícil situación en la que se encuentran por la falta de financiación que les aboca a dejar de prestar servicios durante varios meses, cada año.
Entre Mares, diez años de andadura y más de 5.000 personas atendidas
Un 4 de marzo de 2014 se ponía en marcha la asociación sociocultural Entre Mares que nacía al calor del Mogollón Intercultural impulsado por Raíz del Pueblo tras desaparecer el único servicio que atendía a la población migrante y retornada en Fuerteventura.
Un equipo de varias personas procedentes de Marruecos, Chile o Perú entre las que destacan María Greco, Faissal Ellatifi y Marco Rodríguez, sin olvidar a Conchita Fleitas, Felipe o Rosa pusieron en marcha este proyecto que busca dar atención a todas las personas migrantes que llegan a Fuerteventura “ y no solo a las que llegan en pateras sino a las que vienen por el aeropuerto y necesitan ser atendidas para poder solventar muchas dudas y mejorar su situación”, subrayan Greco y Ellatifi en una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular.
A lo largo de estos diez primeros años de vida han logrado atender a más de 5.000 personas a las que han prestado distintos servicios relacionados con los más diversos ámbitos. Desde cuestiones de formación y titulación, a reagrupaciones familiares, ámbito sanitario o social, “de todo”, recalcan. Una atención personalizada, humana, cercana, a diario, que se ha ido plasmando en datos precisos que dibujan la realidad de la migración en Canarias.
Organizaciones internacionales como Save The Children o Cruz Roja requieren de forma habitual la colaboración de Entre Mares para poder documentar estudios e informes. El trabajo es transparente, es honesto, imparcial recalca Greco, y único en Canarias, donde no existe una asociación similar.
Por este motivo, confían en poder entrar a formar parte del Foro de Inmigración que se está articulando en el archipiélago, con el objetivo de que la realidad migratoria de las Islas no se circunscriba a lo que ocurre en las islas capitalinas.
Abocados a la economía sumergida
Faissal y María se sienten satisfechos con la labor realizada aunque echan la mirada atrás y reconocen alegrías y no pocas penas. Ha sido un trabajo duro, de pelas, luchas y lágrimas que ha permitido constatar el cambio en el fenómeno migratorio. En los primeros años, la mayoría de la población llegaba procedente de África.
Algo que ha cambiado notablemente en los últimos cuatro o cinco años en los que se refleja una tendencia notablemente mayoritaria de personas procedentes de Latinoamérica. Personas con serias dificultades para encontrar vivienda y que acaban “ocupando viviendas o viviendo en la calle”. Personas en situación administrativa irregular que se ven abocadas a subsistir gracias a la economía sumergida hasta que, pasados tres años, pueden regularizar su situación y aspirar a un contrato de trabajo.
Las corporaciones derivan a personas pero no los recursos necesarios
A pesar del trabajo realizado por la entidad, ambos sienten que la labor no está reconocida en la Isla y los recursos que les llegan de las administraciones públicas son escasos y llegan tarde.
Es la situación que lleva a Entre Mares a suspender la actividad durante los primeros meses del año. Y eso, a pesar de que en la Ley de Extranjería deja claro que las administraciones deben dotar de recursos la gestión y la acogida a la población migrante, recalca María.
De hecho, la mayoría de las personas atendidas en el servicio viene derivada por la Cruz Roja, que no dispone de este recurso, y de los servicios sociales de las corporaciones majoreras. Es decir, se deriva a las personas desde los propios ayuntamientos y desde el Cabildo para que reciban atención pero no se dota a Entre Mares de los recursos necesarios en tiempo y forma.
Una situación que se repite cada año y que genera continua incertidumbre sobre el futuro de Entre Mares.
A la espera de mejorar la situación económica, es la férrea voluntad de los voluntarios que promueven la entidad y de la propia María Greco la que posibilita que las personas migrantes tengan un servicio adecuado no solo de asesoramiento sino también de escucha activa.