Los estudiantes de El Matorral celebran el 25N promoviendo conciencia, igualdad y solidaridad
Hoy no es un día cualquiera para el alumnado del CEIP Poeta Domingo Velázquez, de El Matorral. El 25N, el día internacional contra la violencia de género, es una fecha importante para este centro educativo que promueve un proyecto vivo dirigido a fomentar la convivencia y la igualdad.
Por eso hoy no se trabaja en las aulas, los niños y niñas toman el espacio público y acuden al campo de fútbol de la localidad que se convierte en escenario de varias carreras solidarias y distintas actuaciones para plantar cara a los distintos tipos de violencia de género.
Algunos participantes visten camisetas que han pintado días atrás en las que muestran manos violetas rechazando cualquier tipo de violencia de género. Otros llevan atuendos en violeta o lazos que simbolizan la lucha contra esta lacra; pero, sin duda, lo que todos los niños y niñas lucen esta mañana es una gran sonrisa de satisfacción por aportar su granito de arena y contribuir a visibilizar la labor que realiza la Federación de Asociaciones de Mujeres Maltratadas, Arena y Laurisilva, en la sociedad.
Tanto los estudiantes como las familias que se han acercado hasta el campo a lo largo de la mañana han tenido la oportunidad de realizar aportaciones simbólicas para la entidad con la que colabora el centro desde hace tres años.
En palabras del director del CEIP Poeta Domingo Velázquez, Benito Llarena, “el 25N está marcado en el calendario escolar como uno de los eventos más importantes en nuestra filosofía de centro porque trabajamos mucho con el alumnado a través de la concienciación”, explicó.
En el colegio, insistió, “nos esforzamos por que el proyecto implique también a las familias y a los propios docentes que durante estos tres años se han ido formando en convivencia y en igualdad…Es para toda la comunidad”, recalcó.
Un proyecto vivo en una comunidad intercultural
Se trata de un proyecto “vivo” que concibe la escuela como un lugar privilegiado de convivencia.
Es, subrayó Llarena, “un espacio de crecimiento, de encuentro, de aprendizaje, de experiencias compartidas, de conocimiento de los otros y de descubrimiento del mundo. En la escuela se reproducen los valores sociales, familiares y culturales que los niños/as perciben en su entorno, pero también las posibilidades de superación e integración que favorecen los ambientes educativos”.
De esta forma, el propio Llarena y una docente que ejerce como mediadora han recibido formación específica para ayudar a resolver conflictos que se puedan generar o percibir en el entorno educativo y trabajan directamente con las familias en la búsqueda de soluciones que coadyuven a la mejora de la convivencia en una localidad, crisol de culturas, donde este tipo de intervenciones resulta vital.
Por su parte, desde Arena y Laurisilva, la abogada Ángela Fleitas, mostraba en el campo el agradecimiento por la iniciativa. “Estamos super ilusionadas y, más, cuando vemos cómo a los niños desde pequeños se les está visibilizando lo que es el día 25N y todo lo que ello implica, y agradecer que los fondos recaudados se destinen a nuestra asociación”, concluyó.